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Menundencias, delicias para tu bebé

Tienen una gran cantidad de nutrimentos que benefician la salud de tu pequeño. Conócelas y aprende a cocinarlas para incluirlas en su alimentación.

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Tienen una gran cantidad de nutrimentos que benefician la salud de tu pequeño. Conócelas y aprende a cocinarlas para incluirlas en su alimentación.

Las vísceras o menudencias son aquellos órganos de algunos animales (aves, res, cerdo o ternera) que se consumen, pero que se distinguen de la carne por tratarse de músculos lisos y de movimiento involuntario, en vez de músculos estriados y esqueléticos. Entre ellos están: estómago, intestinos, hígado, riñones y bazo; e incluso los sesos (cerebro) y las glándulas (timo, conocido como nana). «En este grupo también suele incluirse al corazón y a la lengua, aunque esta última es estrictamente carne, por ser un músculo voluntario. Los únicos órganos que no se comen son los pulmones, debido a que su textura y sabor es muy desagradable.

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De alto valor nutrimental

 

Al igual que las carnes, son una magnífica fuente de proteínas, pero a diferencia de cualquier otro producto de origen animal o vegetal, aportan más hierro de alta biodisponibilidad, es decir, que el organismo absorbe y utiliza mejor; así como más vitaminas del complejo B, incluido el ácido fólico y la vitamina B12. Pero también son ricas en grasas saturadas y en colesterol, por lo que deben consumirse con moderación y ser eliminadas de la dieta de personas con predisposición a padecer enfermedades cardiovasculares (del corazón y cerebrovasculares) o con niveles de colesterol y triglicéridos altos (dislipidemias).

 

¿Cuándo incluirlos?

 

Al igual que otros productos de origen animal (carnes), puedes introducir las vísceras en la dieta de tu bebé después de los 7 u 8 meses de edad, cocinadas con verduras y con poca grasa y sal. Generalmente el hígado de pollo o ternera es la víscera que más se ofrece a los pequeños, pues su aporte de grasa y colesterol es más moderado y porque tiene una elevada concentración de hierro y vitaminas del complejo B de muy alta biodisponibilidad. Sin embargo, por su elevada concentración de grasa y colesterol, y dado que la dieta debe ser variada, los expertos recomiendan ofrecérselas no más de dos veces por semana.

 

A la hora de prepararlas

 

Manéjalas con los más estrictos cuidados higiénicos ya que fácilmente pueden contaminarse con microbios por ser tejidos suaves, y por tratarse de órganos de desintoxicación del cuerpo, también debes enjuagarlas bien antes de cocinarlas. Es importante marinarlas en refrigeración y prepararlas a fuego alto por un tiempo prolongado, hasta que pasen del color rojo o rosado al gris, asegúrate de que su interior alcance los 74° C. Para suavizar su sabor, se recomienda: marinarlas en agua o leche por lo menos 20 minutos en refrigeración. A esto se le conoce como desflemar.

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